
Demostrando el verdadero significado de ser maestro, Walter Velásquez ha puesto en acción sus grandes conocimientos científicos para crear una robot, con la que enseña a sus estudiantes de distintas comunidades rurales, para que su educación y desarrollo no se detengan.
Demostrando el verdadero significado de ser maestro, Walter Velásquez ha puesto en acción sus grandes conocimientos científicos para crear una robot, con la que enseña a sus estudiantes de distintas comunidades rurales, para que su educación y desarrollo no se detengan.
La crisis sanitaria también ha desafiado la educación de nuestros niños y adolescentes, al haber cerrado las escuelas a nivel nacional; por ello, el Estado ha puesto en marcha su plataforma educativa virtual Aprendo en Casa, pero esta no puede llegar a las zonas rurales del país que no cuentan con señales de radio, televisión ni internet.

Frente a esto, existen maestros de verdadera vocación que no se conforman con las limitaciones, como Walter Velásquez, profesor de Química, Física y Tecnología, quien, demostrando su gran talento y amor por sus estudiantes, ha creado a la pequeña robot llamada Kipi, con quien viaja cada día hasta los pueblos donde viven sus alumnos, para educarlos con ingenio y creatividad.
Walter vive en Colcabamba, en las cercanías de nuestra Central Hidroeléctrica Cerro del Águila; fue allá donde lo conocimos y, al ver la asombrosa labor que realizaba diariamente, más allá de sus obligaciones laborales como profesor, decidimos unirnos a este increíble proyecto y apoyarlo con infraestructura y materiales para que pueda llegar a más niños y con una versión más potente de la pequeña Kipi.
Una asistente fuera de serie
Nos cuenta Walter que visitan comunidades alejadas de Colcabamba y Andaymarca, donde él y Kipi motivan y dan clases a alumnos de inicial, primaria y secundaria. La visita de esta dupla causa sensación; la curiosidad de los niños y niñas se transforma en asombro cuando escuchan a Kipi hablar con su voz metálica. Hecha de piezas recicladas, ella puede contar cuentos, recitar poemas, cantar canciones, gracias a varias memorias USB que tiene incorporadas; también puede avanzar y retroceder, y jugar e interactuar con los estudiantes.

Kipi, que en quechua significa cargar, es una robot orgullosa de su creador, de ser peruana y de su gran misión con los niños y niñas del país. Los medios se enteraron de esta increíble historia y viajaron hasta Huancavelica para entrevistar a Walter y conocer a Kipi.
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El sueño de Kipi se hará realidad
Kipi y Walter sueñan con llegar a muchos más alumnos y con mejores herramientas educativas. Por ello, en Kallpa nos comprometimos con este noble propósito y estamos financiando la mejora tecnológica y pedagógica de la pequeña robot, con una avanzada tecnología de inteligencia artificial a nivel de software y hardware.
Además, se reproducirán siete prototipos de «Kipi, versión 2» para entregarlos a estudiantes de comunidades fuera de nuestra área de influencia. Las robots serán las encargadas de acompañar y ayudar a los estudiantes menos atendidos de diferentes zonas alejadas del Perú, en temas de comprensión lectora y motivación para continuar con la educación rural.

Finalmente, como parte del desarrollo pedagógico, estamos elaborando un «Kipi-libro», el cual está en proceso de edición e impresión de 350 ejemplares para entregarlos a los estudiantes, como parte del material de trabajo educativo con Kipi. Gracias, Walter y Kipi, por enseñar a nuestros niños y niñas que los peruanos somos mucho más fuertes que nuestros problemas.